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Mensaje por Sezar Vie 08 Feb 2013, 13:05

Un Fatídico Encuentro


“Ya veo que ha descubierto el mayor tesoro de la exposición, Señorita Squidpidge. ¡Tiene buen ojo!” El comisario de la exposición se aproximó a donde Molly preparaba su cámara.

“Se trata de una pieza muy especial. Espero que no le importe si le hago una foto. Creo que quedará genial en el artículo.” Molly hizo una pausa y sacó la cabeza de debajo de la capucha de la cámara. “Y por favor, llámeme Molly. ¿Qué puede contarme de esta pieza?”

“Se la conoce como La Lágrima de la Gorgona. Es una de las primeras reliquias recuperadas de entre las ruinas de Malifaux durante las expediciones iniciales a través de La Brecha, antes de que se cerrara. Bernard Hughes, el aventurero que la encontró, contó una bonita historia sobre cómo extrajo la piedra de la cabeza de la estatua de una diosa serpentina que descubrió en el pantano. No hay evidencias que apoyen su relato dado que ningún otro miembro de la expedición recordó haber visto tal estatua, y nunca se llegó a encontrar. Además, el escudo familiar de los Hughes incorpora una imagen con el rostro de mujer y cuerpo de serpiente. Me da a mí que se inventó toda esa historia en un intento por enlazar la gema a su familia. De todas formas, de cualquier modo pienso que el nombre le queda como anillo al dedo, si le interesa saberlo. El verde resplandor que emite me recuerda al veneno de una serpiente o a la mirada de ese monstruo petrificador de los mitos antiguos. La piedra se ha ganado su propio mito también, que la hace incluso más valiosa además de su gran tamaño y potencia arcana.”

“La piedra se dice que está maldita. Hughes era un hombre excéntrico, pero fue volviéndose cada vez más paranoico según se hacía mayor. Temía que las criaturas de Malifaux le hubieran seguido a través de La Brecha, hacia la Tierra, para reclamar la piedra. Nunca se separó de la gema, e hizo que la tallasen en la forma de lágrima que tiene en estos momentos, y que la engarzasen en el colgante que está viendo aquí. Lo llevó puesto en todo momento, aunque raramente lo mostraba, pues solía esconderlo bajo la camisa. El marido de su hija fue una de esas almas desafortunadas que quedaron atrapadas en Malifaux cuando La Brecha se cerró, dejando viuda a la hija de Hughes, y a su nieta, Harriet, sin padre. La hija y la nieta de Hughes se mudaron a vivir con él en la gran mansión familiar, con un muy reducido número de sirvientes para mantenerlos.”

“Harriet tenía el pelo liso y negro como la noche, al igual que sus ojos. En su paranoia, Hughes estaba convencido de que la niña era un monstruo Nonato que finalmente le había encontrado para robarle La Lágrima. Siempre estaba injuriando a la niña por cualquier problema que ocurriese en la región, y progresivamente se fue volviendo más nervioso y violento. Su temor hacia la pequeña al final motivó que le pegase fuego a toda la casa. Él, su hija y su nieta fueron todos encontrados quemados vivos, todos en la misma habitación. La Lágrima de la Gorgona se encontraba sobre el cadáver de Hughes. Los sirvientes que escaparon juraron que la gema resplandecía más brillante que nunca, cargada por las muertes de Hughes y su familia.”

“Hughes no dejó testamento, y la piedra fue subastada por el Estado. Desde entonces la gema fue pasando a manos de diferentes dueños. Todos ellos sufrieron trágicas muertes, y la piedra siempre estaba presente en el momento de la muerte de su propietario, continuamente energizada por los siniestros destinos de sus dueños. Con cada muerte, la infamia de la piedra crecía, y únicamente aquellos con los intereses más morbosos en la macabra historia de La Lágrima intentaron hacerse con ella. Al final, acabó en posesión de Mr. Dorian McKee, un topógrafo que consiguió un terreno cerca de las marismas de Malifaux cuando se reabrió La Brecha. Desapareció pocas semanas tras cruzarla. El Gobierno, sospechando algo oscuro, mandó a los Comisarios de la Muerte a investigar lo sucedido. El cuerpo semidigerido de Mr. McKee y la Lágrima de la Gorgona fueron recuperados del interior del estómago de una extraña criatura parecida a un cocodrilo atrapada poco después.”

“Y eso es lo que trajo la piedra al archivo de esta colección. Sin dueño, la gema fue requisada para convertirse en propiedad del Estado. El Gobernador en persona decidió donarla a esta colección. Él, por supuesto, no tenía derecho a quedársela; la única otra opción habría sido subastarla públicamente de nuevo, como ocurrió tras la muerte de Hughes. De todas formas, me gusta pensar que el Gobernador la donó por temor a la maldición de la piedra. La leyenda además queda mucho mejor así, si me lo pregunta.”

Molly alzó su mano y aguantó el flash. Con su otra mano, accionó la palanca, y una brillante luz sulfurosa llenó la habitación. Sacando la cabeza de nuevo tras la cámara, Molly miró hacia la oscuridad detrás de la urna de La Lágrima. Entrecerró los ojos y preguntó, “¿Hay alguien ahí?” Pero la figura que creyó haber visto tras la lente de la cámara ya no estaba allí.

“Sí, sí lo hay. Señorita, ¡señorita!”

Molly miró por encima del hombro hacia la mujer que se aproximaba al comisario de la colección. Esa mujer era evidente que no era la aparición que creía haber visto a través del visor. Sus ropas eran indistinguibles. Llevaba un elegante vestido de fiesta que parecía haber visto mejores días. El dobladillo estaba sucio y harapiento, y llevaba la sombrilla abierta en el interior del edificio, girándolo sin mucha gracia sobre el hombro. Las botas del comisario sonaron rudamente sobre el suelo embaldosado, llenando de ecos la sala del Archivo General de Malifaux donde se encontraban. “Señorita. ¡Señorita!”, el comisario continuó diciendo hasta situarse tras la mujer que se inclinaba sobre una de las vitrinas de la colección. Cuando la alcanzó le dio unos golpecitos en el hombro.

“Señorita, esta área del archivo está cerrada a los visitantes en estos momentos. La exposición abrirá sus puertas mañana si desea usted…” La voz del comisario se quebró.

La mujer se giró lentamente, revelando una piel tan pálida como la luz de la luna. Viendo su elegante cuello, Molly recordó una pequeña estatuilla de marfil que vio en una ocasión. Pero el rostro de la mujer era terrible, y el comisario se llevó un buen susto al verlo. Sus vidriosos ojos eran oscuros, sumergidos en profundas oquedades, y sus flacas mejillas revelaron una pútrida sonrisa de serrados dientes cariados. La sombrilla se deslizó desde el hombro de la mujer, cayó al suelo, y rodó hasta el centro de la sala. El comisario estaba paralizado, sin poder apartar la mirada de la cara de la mujer. Ésta gruñó como un animal, y con un rápido movimiento saltó sobre el indefenso comisario. Al instante estaba sobre él. Su boca se hundió en la carne como lo haría un depredador, y silenció sus gritos arrancándole la garganta de un mordisco. Su pálida piel fue salpicada por un torrente de sangre. Girando la cara, escupió un gran pedazo de carne sobre el suelo, y fijó sus cadavéricos ojos sobre Molly. Junto a Molly, La Lágrima de la Gorgona brillaba con un malevolente fulgor verde, resplandeciendo en respuesta a la muerte del comisario.

La reportera actuó rápidamente, sacando una derringer del interior de uno de los bolsillos de su chaqueta. El arma sonó dos veces, pero con pobres resultados. Las balas hicieron blanco, una de ellas destrozando uno de los tirantes del vestido del monstruo, lo que hizo que parte de él cayera, dejando a la vista uno de sus pechos. De todas formas, los impactos no produjeron sangre ni otros daños salvo por dos oscuros agujeros como manchas de tinta sobre la piel. Molly se percató de que el monstruo no estaba solo; tras ella otras dos mujeres aparecieron, y las tres se abalanzaron sobre el cuerpo del comisario, devorando su carne.

Molly intentó girar para huir pero trastabilló, su mente aún intentaba asimilar la pavorosa escena que acababa de presenciar. Uno de sus pies tropezó con un mueble, y mientras caía hacia atrás fue recogida por el inesperado abrazo de un hombre, quien habló suavemente con fuerte acento británico.

“Oh cariño, no te preocupes. No dejaré que te coman.” Su voz pretendía confortarla, pero sus palabras la golpearon con un nuevo y creciente terror en su interior. Él le susurró, “Saben que dejen dejar a las guapas para mí.”
Con un repentino movimiento, el hombre clavó una larga y afilada cuchilla a través de la espalda de la mujer, quien pudo ver cómo emergía de su pecho con un horrible y desgarrador sonido. La cuchilla atravesó el pulmón, de modo que ni siquiera pudo gritar. En lugar de su voz, la sangre brotó de sus labios, y lo único que pudo hacer ella fue balbucear débilmente en respuesta a su asesino.

Su cuerpo quedó inmóvil, y Seamus lo tumbó cuidadosamente sobre el suelo, arrodillándose a su lado. Sus dedos acariciaron cariñosamente el sedoso cabello de Molly, empujando a un lado el sombrero con su pase de prensa. Con caballeroso gesto, las yemas de sus dedos trazaron el contorno del rostro de la mujer que acababa de expirar, admirándola cual si fuera una escultura. Su pulgar limpió con cuidado sus labios manchados de sangre, y él soltó un suave y alegre suspiro. Seamus fijó la mirada sobre los ojos sin vida de Molly, e inclinando la cabeza sobre ella, susurró: “Eres encantadora, ¿verdad?” Sus labios tocaron los de ella en un amoroso beso. Sus labios eran delicados como pétalos de rosa, y su sangre era el rocío de una calurosa mañana de verano.

A lo lejos, Seamus podía oír el claro sonido de urgentes pisadas que se acercaban; podía reconocer el tintineo de las espuelas de los Comisarios. Al parecer ya habían sido alertados. Acarició la mejilla de Molly, sonriendo cariñosamente. “No te preocupes, amor, el viejo Seamus volverá a por ti. Te lo prometo, querida”.

Se incorporó, y su harén no muerto se arremolinó a su alrededor. Una portaba La Lágrima de la Gorgona, mientras que otra llevaba la cámara de Molly. Él siempre se llevaba un recuerdo de cada una de sus víctimas. Seamus las miró y dijo, “Vale, vale, vámonos.”


…continuará. cowboy2


Última edición por Sezar el Vie 08 Feb 2013, 15:25, editado 1 vez
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[RELATO] Un Fatídico Encuentro Empty Re: [RELATO] Un Fatídico Encuentro

Mensaje por Sezar Vie 08 Feb 2013, 14:17

Añadida la segunda parte... en cuanto pueda remato la historia!
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